Velocidad de Obturación: ¿Qué es? y ¿Para qué sirve?

La velocidad de obturación es una de las formas de regular la cantidad de luz que entra al sensor de nuestra cámara. Variando el control de la velocidad de obturación podrás hacer la misma fotografía con resultados muy distintos. Uno de los elementos en los que impacta de una manera más determinante es en la congelación (o no) del movimiento.


Implicaciones de la velocidad de obturación


Velocidad de Obturación Rápida / Tiempo de Exposición Corto

Viendo el gráfico, comprobarás que si trabajamos con velocidades de obturación rápidas (o lo que es lo mismo, tiempos de exposición cortos), la cámara abrirá y cerrará el obturador muy rápido. Esto implica que la cantidad de luz que entra en el sensor, lo hará durante un breve período de tiempo, por lo tanto para lograr una buena exposición deberemos compensarlo iluminando bien la escena a retratar, y/o jugando con los otros dos parámetros del triángulo de la exposición: la apertura de diafragma y la sensibilidad ISO. Si no lo compensamos, nuestra fotografía seguramente quedará subexpuesta, porque la luz ha pasado durante muy poco tiempo.


¿Qué se considera una velocidad de obturación rápida? 

Suele considerarse rápida la que se sitúa por encima de 1/60 segundos. A partir de esta velocidad, comprobaremos cómo nuestras imágenes son más estáticas y consiguen congelar el movimiento. A medida que usemos velocidades más rápidas, ese efecto de congelar la acción será más evidente todavía. Esto sin duda es de gran utilidad en fotografía de deportes.


Velocidad de Obturación Lenta / Tiempo de Exposición Largo

En cuanto a una velocidad de obturación lenta (o lo que es lo mismo un tiempo de exposición largo), es justo el caso contrario. Vamos a estar con el obturador de la cámara abierto durante más tiempo, y eso implica que dejaremos pasar más luz al sensor de la cámara. Para las situaciones en las que usemos una velocidad de obturación lenta, comprobaremos que no hará falta subir tanto la ISO ni abrir tanto el diafragma para conseguir una exposición adecuada.

Por velocidad de obturación lenta entendemos aquello que se sitúa por debajo de 1/60 segundos. Con este tiempo de exposición conseguiremos captar el movimiento producido por los objetos o sujetos que aparezcan en nuestra toma. Incluso la propia fotografía podría salirnos movida por el movimiento que causamos al pulsar el obturador, de ahí la importancia de utilizar un buen trípode para tiempos de exposición largos. La sensación que se genera utilizando estas velocidades es de dinamismo.




Velocidad de Obturación: Algunos ejemplos prácticos


Ejemplo 1: El grifo de agua



Ejemplo 2: La caída del corazón



Ejemplo 3: Cabello en movimiento


Comentarios

Entradas más populares de este blog

7 tipos de planos fotográficos que debes conocer para retrato